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Unidad para el cambio del régimen de la pobreza

Luego del cierre del Congreso de la República y la convocatoria a elecciones congresales para el 26 de enero, ha caído en cascada importantes hechos políticos, económicos y sociales, tanto a nivel internacional como nacional, que marcarán la dinámica de las próximas elecciones y las perspectivas de la lucha de clases en el Perú, hacia el 2021.

Así, el golpe a sangre y fuego en Bolivia, contra el gobierno democrático de Evo Morales, planificado y financiado por el imperialismo norteamericano, la OEA de Almagro, las élites racistas-fascistas “santacruceñas” y la cúpula militar boliviana, levantó el entusiasmo de los sectores conservadores del Continente. Un desquite de la derrota sufrida en México con el triunfo de López Obrador; la derrota de 4 años de neoliberalismo de Macri, en Argentina; del fracaso de la invasión contra Venezuela, etc.

En nuestro país, las bocas flojas, de la derecha conservadora y corrupta del grupo empresarial de la CONFIEP, del fuji-aprismo y los medios de comunicación monopólicos, eufóricos por el golpe en Bolivia, desataron una campaña de odio y “terruqueo” contra las luchas sociales y las organizaciones de izquierda y su proceso de unidad, e incluso contra el Presidente Vizcarra señalándolo como “chavista” y “comunista”, es decir, desató la locura de los fundamentalistas, dolidos aún por el cierre del Congreso, una demanda legítima del pueblo peruano.

Pero la rebeldía de los pueblos Latinoamericanos y del Caribe se acrecientan contra al sistema capitalista neoliberal. En Haití, Puerto Rico, en Ecuador, Chile -el referente a los neoliberales peruanos, que hoy cuelgan sus narices como moco de pavo-, en Colombia, Brasil, y en nuestro país donde los conflictos sociales identificados sobre pasan los 200 casos.

En Perú la CONFIEP, el gremio-partido de los empresarios corruptos acostumbrado a colocar la agenda política y económica a los presidentes de la República y sobornar a los partidos de la rapiña, sin programas ni ideología, hoy con el rabo entre las piernas, piden disculpas. La lucha anticorrupción y contra la impunidad seguirá marcando por mucho tiempo, el quehacer de los verdaderos demócratas.

La crisis en nuestro país es estructural y no solamente política; como plantea la derecha política-empresarial, que se puede resolver con el buen entendimiento y los buenos modales constitucionales entre los poderes del Estado, controlados por la clase política tradicional, caduca, corrupta y vende patria.

Tanto el Ejecutivo, el Congreso de la República, el poder Judicial, y el Tribunal Constitucional, están desprestigiados y son repudiados por el pueblo. Las elecciones en curso y las tareas partidarias Las reglas electorales son las mismas que las que normaron las elecciones generales pasadas. A la fecha se han definido la participación de 22 organizaciones políticas, de las cuales tres tienen signo de izquierda: JUNTOS POR EL PERÚ -en la cual el PCP participa con 19 candidatos acompañados de PCP-PR, el Partido Humanista, Nuevo Perú, MS; Perú Libre y Frente Amplio. Cuya coincidencia central es luchar por una nueva Constitución Política.

Se prevé un congreso atomizado pero que sumado las tendencias habrá un predominio de la derecha. Por la que será necesario acompañar a la representación de la izquierda con contundentes movilizaciones en las calles, para impedir la profundización de las políticas de tercera generación neoliberal, y el blindaje a los hechos de corrupción que están en proceso de investigación y otros que ingresarán a la etapa de juzgamiento.

Aunque los tiempos electorales son estrechos, esto nos obliga a realizar los mayores esfuerzos para hacerle frente a los partidos de la derecha y garantizar una fuerza importante en el Congreso de la República y así poder impulsar los cambios que demanda el pueblo.

Como: un nuevo Pacto social que permita renegociar las diversas concesiones, así como la participación del Estado en la generación de empresas productivas para impulsar el empleo y desarrollo económico para una mejor distribución de la riqueza y brindar salud universal y educación de calidad.

La clase obrera y el pueblo comprometido con el cambio del modelo neoliberal y la defensa de la soberanía de nuestros recursos, vienen movilizándose en todo el país demandando la derogatoria del DS 0345- 2018-EF, por su contenido entreguista y anti laboral, violatorio de todas las conquistas obtenidas a través de muchos años de luchas.

La “Agenda País” de la CONFIEP, y el D.S. 239- 2019- EF apuntan a profundizar el modelo político y económico neoliberal, que beneficia a los grandes capitales extranjeros y a la oligarquía nacional.

Los comunistas peruanos estamos claro que el dominio económico y político neoliberal, responde al diseño de los intereses geopolíticos del imperialismo, que nos ha asignándonos el rol de un país primario exportador de recursos naturales, importador de los productos que se fabrican en el extranjero. Por consiguiente, la desindustrialización y el desempleo agudiza la crisis social, que se expresa en la inseguridad ciudadana.

Nuestro XV Congreso Nacional del PCP, acordó que la lucha política de masas y la lucha electoral, son los medios adecuados para disputarle el gobierno a las clases dominantes, derrotar el modelo neoliberal y lograr una revolución democrática, productiva, pluricultural, pluri-étnica y participativa sobre la base de un nuevo modelo económico y una nueva institucionalidad democrática sin corrupción y soberana. Al respecto hay que deslindar con algunos sectores “radicales” que se ubican en la línea del confusionismo al vocear que considerar la lucha política electoral es tener “cabeza de ánfora”.

El PCP seguirá bregando por la más amplia unidad de las fuerzas políticas y sociales democráticas, comunistas, izquierdistas, progresistas, cristianas, identificados en la lucha contra el modelo neoliberal, contra la corrupción y por la democracia con justicia.

Es necesario desarrollar también, un trabajo en el campo juvenil, haciendo que los camaradas docentes de los institutos superiores, así como los de las universidades y de los niveles secundarios en los últimos años, trabajen en una labor de formación de quienes deberán incorporarse a las bases de nuestra organización, de igual manera con los jóvenes en los diversos sectores productivos; incorporar a la mujer al trabajo político con un enfoque de clase. Y seguir impulsando la Asamblea Nacional de los Pueblos, para construir poder popular, el real soporte político organizado que garantizará los cambios profundos que el Perú nos demanda.

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Por: Luis Villanueva Carbajal
Secretario General
Partido Comunista Peruano