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Respuesta colectiva de China y América Latina a la epidemia

Videoconferencia: El Pueblo Primero, Superioridad de Valores de los Partidos Comunistas en el Combate al Covid-19

 

Por: Luis Villanueva Carbajal

Secretario General del Partido Comunista Peruano.

 

Estimados camaradas:

Reciban ustedes el saludo fraterno y revolucionario del Partido Comunista Peruano y del movimiento obrero y popular de nuestra patria. Es para nosotros un honor y un compromiso revolucionario participar en esta conferencia denominada «Superioridad del Socialismo en el Combate contra COVID-19» dada la dimensión mundial de este problema que azota a la humanidad.

Basta con reconocer que el COVID 19 es una realidad que representa una amenaza para la humanidad y que los estados están en la obligación de hacer todo lo necesario para salvaguardarla. Frente a esta realidad, los resultados son directamente proporcionales al carácter de clase y al sistema social que encarnan los estados, por eso, los resultados son contundentes, el SARS-Cov-2 o COVID-19, fue combatido con mayor eficiencia por los países socialistas y progresistas que por los estados capitalistas en todas sus versiones y modelos, que priorizaron el crecimiento económico y evitar las pérdidas a las grandes corporaciones y no la salud pública. Con respecto a ello, las cifras son contundentes: Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Alemania, Italia y España concentran la mayor tasa de mortalidad en el mundo desarrollado y países como Brasil, Ecuador y Perú, aliados incondicionales del imperio en Latinoamérica se encuentran también entre los más afectados.

Se ha tratado de sostener que la superioridad de China para combatir el COVID 19 se sustenta en el «tradicional respeto al estado de los pueblos asiáticos seguidores del pensamiento de Confucio», quienes opinan de esa manera se olvidan que el respeto hay que ganarlo y que los pueblos depositan su confianza en quienes no los traicionan y predican con el ejemplo, por eso, quienes atribuyen los éxitos del socialismo en el combate del COVID 19 a cuestiones eminentemente «culturales pre existentes» a las revoluciones socialistas, pretenden minimizar el liderazgo de los comunistas en la elevación de los niveles de conciencia del pueblo y en la construcción de estados que respondan a los intereses de las mayorías, de lo contrario no se explicaría como países socialistas con culturas tan distintas como China, Cuba o Vietnam, o Estados como Kerala (India) con 33 millones de habitantes gobernada por comunistas, hayan tenido tanto éxito en la lucha contra esta pandemia que asola a la humanidad y como países tan neoliberalmente homogéneos como Estados Unidos y los de la Unión Europea hayan tenido tan pésimos resultados.

El régimen estadounidense viene aprovechando la pandemia y la caótica crisis sanitaria generada por Trump en su país, para reforzar la guerra comercial contra China y «cumplir» sus promesas electorales anti-migrante.

Este nuevo «frente» de la guerra comercial contra China, trae como táctica central responsabilizar a la RP China por la aparición del SARS-Cov-2, el presunto «ocultamiento de información» y la llegada a EE. UU de la pandemia, y a la Organización Mundial de la Salud-OMS por supuestamente no haber dicho toda la verdad ni haber tomado las medidas adecuadas y la presunta «alianza» con China.

La historia del último siglo de EE.UU, se ha caracterizado por la diplomacia del cinismo en sus relaciones con otros países, con la comparsa ruidosa de Reino Unido, Canadá, Australia e Israel que repiten sin cesar las acusaciones infundadas del régimen USA. El cinismo diplomático del régimen norteamericano procura mantener al mundo al borde del abismo, desconociendo tratados, acuerdos comerciales, imponiendo sanciones comercial, chantajes comerciales, políticos y judiciales, ejerciendo la piratería judicial contra diversos países como en los casos de Cuba, Venezuela e Irán y ahora lo pretende hacer contra la RP China, para de ese modo mantener en funcionamiento su complejo militar-industrial-financiero cuyo costo es asumido por sus aliados en Asia y Europa.

Esta nueva situación política tiene como consecuencia inmediata, la pérdida de fuerza ideológica de los postulados neoliberales y un ascenso significativo de la influencia de las propuestas socialistas y progresistas. Frente a ello, los grupos de poder responden con discursos xenófobos dentro y fuera de los linderos de los imperios neoliberales. Toda esta irresponsabilidad del régimen norteamericano y sus socios latinoamericanos, contrasta con la respuesta del pueblo chino y su cooperación con los países de América latina en el marco de la lucha contra la pandemia, la misma que se ajusta al respeto de la autodeterminación de los pueblos y a la coexistencia pacífica. Políticas que desvirtúan todas las campañas que pretenden estigmatizar la lucha de los comunistas y del internacionalismo proletario en el marco de la crisis.

La lucha de los comunistas se ha caracterizado desde la revolución de octubre hasta el presente, por desarrollar -junto con las transformaciones en las estructuras económicas- políticas destinadas en convertir las conquistas laborales, así como los sistemas de salud y la educación en derechos inalienables del ser humano mientras que los pro-capitalistas de todas las tendencias solo se han preocupado en convertir a los seres humanos en autómatas consumistas y a los estados en maquinarias perfectas de expropiación de la riqueza creada por los trabajadores, con la finalidad de servir al capital financiero internacional.

Por eso vemos, no solo en el caso de esta crisis, como las recetas de salida de la crisis son las mismas, empobrecer al pueblo y salvar a los bancos con políticas de salvataje que tratan de justificar con que estas son medidas para proteger el empleo y la estabilidad económica, cuando lo cierto es que se transfiere dinero público a la banca, se expropian los ahorros de los sistemas pensionarios, y se flexibilizan las relaciones laborales, por eso de cada crisis las arcas de los bancos crecen a costa del empobrecimiento del pueblo. Esta situación no debe repetirse. Esta pandemia no es la causante de la crisis del capitalismo, es la reveladora de la crisis, que la ha agudizado, desnudado las carencias estructurales del sistema, por eso es deber de los comunistas -desde el poder o desde nuestra posición de lucha contra el sistema- trabajar sobre la memoria colectiva del pueblo, advertir sobre su gravedad, por eso debemos estar preparados para convertir el descontento en movilización por un nuevo orden internacional, y por el socialismo desde la perspectiva comunista, que es a lo que aspira el pueblo consiente que lucha por su liberación.

El gobierno de la República Popular China dirigido por el Partido Comunista, ha demostrado su eficacia en la lucha contra el COVID 19, su experiencia en invalorable porque la estrategia es integral, ya que la lucha contra la pandemia no solo requiere habilidades técnicas, sino una conducción política capaz de liderar al pueblo en esta dura batalla, esta es parte de una política de liderazgo social que no existen en los países capitalistas, en donde el denominador común es la improvisación del estado y una lucha desesperada de la población por la supervivencia individual.

El éxito en el combate a la pandemia en los países socialistas se sustentan en los conceptos confianza y liderazgo que desarrollan creativamente los comunistas en la conducción del estado y la construcción del socialismo de allí la gobernanza con eficacia; China, Cuba y Vietnam son ejemplo de ello, así como muchos gobiernos progresistas de América Latina -como Nicaragua, Venezuela y Argentina- así como otros países del mundo, cuyas clases políticas tienen una alta estima y valoración por las experiencias socialistas.

Todo lo contrario, sucede en los países capitalistas, en donde el afán de lucro y el abuso no cesan ni siquiera en condiciones de pandemia. Las confiscaciones de equipos médicos comprados por diferentes naciones por parte de las autoridades norteamericanas, el contrabando de medicinas, la especulación con los precios y los casos de corrupción en la adquisición de equipamiento e insumos -que llegan a las más altas esferas políticas de los países capitalistas- nos demuestran que lo único organizado en el capitalismo es el caos y las redes de corrupción que utilizan los grupos de poder para lograr prebendas y legalizar la explotación.

En los países capitalistas, el desarrollo de la pandemia ocasiono una carrera desenfrenada por parte de las principales industrias farmacéuticas de una vacuna, con la finalidad de convertir la cura del COVID 19 en un lucrativo negocio, actitud que contrasta con el anuncio hecho por China de convertir la vacuna una vez desarrollada en un bien público al servicio de la salud mundial en el desarrollo del destino común para la humanidad.

Durante la pandemia, también es importante resaltar la cooperación de las brigadas y misiones de médicos y especialistas -principalmente chinos y cubanos- que se han movilizado a nivel mundial para desarrollar solidaridad internacional y cooperación sanitaria, transfiriendo su experiencia profesional a otros países, al margen de las diferencias ideológicas y políticas, actitud de desprendimiento que no vemos en los países capitalistas.

Los pueblos del mundo son hoy testigos de las actitudes tomadas por los diferentes estados en esta crisis sanitaria mundial y toman conciencia que las diferencias en los resultados tienen que ver con aspectos estructurales y sistémicos, es decir no solo se trata de lo que puedan decir los estados, sino de lo que está percibiendo el pueblo. Estas son algunas razones estructurales y políticas por las cuales el socialismo ha demostrado su superioridad en la construcción de un nuevo orden social basado en la cooperación entre naciones y la lucha conjunta y colaborativa contra el COVID 19.

El Partido Comunista Peruano en esa línea, hemos constituido la Comisión de Crisis Sanitaria y Sociolaboral, con el ánimo de proponer salidas a la crisis y someter a crítica las políticas sanitarias del gobierno nacional en el marco de la cuarentena, pues sabemos que, por su orientación de clase, este iba a aprovechar la pandemia para implementar políticas antilaborales y correspondía al Partido Comunista pronunciarse para orientar la lucha reivindicativa de los trabajadores y del pueblo a través de la CGTP. Nuestro trabajo no solo consistió en hacer una crítica técnica a las políticas de salud, sino al conjunto de políticas sociales y económicas que se vienen desarrollando en el marco de la crisis sanitaria. No nos equivocamos, las medidas no solo fueron erradas, desde el punto de vista técnico, sino antilaborales y totalmente ineficientes, pues no lograron hacer llegar la ayuda social a quienes realmente lo necesitan, pues tenemos un país en donde el 70% de la economía es informal y un estado fragmentado presa de la corrupción en todos sus niveles, lo que ha generado el desborde social, desborde que debemos convertir en lucha por un nuevo orden social y por una nueva Constitución Política.

Somos de la convicción, que, si las fuerzas antimperialistas y socialistas de América latina se unen en la post pandemia, se crearan las condiciones para el desarrollo de un nuevo orden social internacional, opuesto a la «nueva normalidad» a la que nos pretende llevar el neoliberalismo, que no es otra cosa que la repetición de una historia gris de la qué los pueblos al sur del Rio Grande debemos romper en el marco de la lucha por nuestra definitiva independencia.

¡Viva el internacionalismo proletario!

¡Viva el pueblo y el Partido Comunista de China!

¡Viva Latinoamérica Unida!