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Sindemia y vacunas

Diversos factores influyen en el proliferación del virus Sarscov2 que causa el Covid-19, por lo que el trabajo del gobierno debe ser integral.

Por: Dr. Roberto Carbonel Pezo / Responsable Político del CR Callao / Miembro del Comité Central

El 09 de mayo de 2021, la pandemia del Sarscov2 que causa el Covid-19 ha infectado a 157 millones de personas en el mundo y provocado 3 millones 288,762 muertes; Perú ocupa el 2° lugar después de Brasil en el continente de América de fallecidos por cien mil habitantes.

Sindemia es la suma de dos o más enfermedades pero que causan más daño que la simple suma de ambas, pero se le entiende también como la interacción de una epidemia en un determinado contexto social. Esta interpretación permite actuar no sólo sobre la enfermedad (pandemia), sino también el contexto social para su tratamiento y erradicación.

Y específicamente sería estos determinantes sociales, ya descritos por Lalonde, que abarcan desde factores ambientales, biológicos, conductuales, sociales, económicos, laborales, culturales y, por supuesto los servicios sanitarios como respuesta organizada y especializada de la sociedad para prevenir la enfermedad y restaurar la salud. En otras palabras, más sencillas, alimentación, buena vivienda (agua y desagüe), estilos de vida (educación), Trabajo digno-decente y el sistema de salud. Situación deplorable en nuestro país, no es difícil de entender en las actuales circunstancias, o lloramos y cargamos nuestros muertos votando por el sistema neoliberal impuesto por el fujimontesinismo que pretende mantener la misma situación u optamos por el cambio, con fe y esperanza en la organización popular.

Es decir, para controlar la pandemia del virus Sarscov2, además de las medidas de protección personal, hay que agregar la vacunación masiva de la población, en el tiempo más corto y la mayor cantidad posible de población, para alcanzar la inmunidad comunitaria y evitar la posibilidad de que aparezcan variantes del virus que prolonguen su control. Y en forma concomitante, actuar sobre los determinantes sociales de la salud de manera prioritaria, concretamente con un enfoque de considerar la situación crítica como una SINDEMIA.

Hoy en día las vacunas han tomado importancia en el control de la pandemia, y el único país que alcanzó un desarrollo tecnológico en medicina en América Latina es Cuba. Hace poco se realizó el Octavo Congreso del Partido Comunista de Cuba, que coincide con una fecha trascendental de la historia de Cuba: el 60 aniversario de la proclamación por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz del carácter socialista de la Revolución.

En el magno evento mencionado se trató el plan nacional aprobado por el Buró Político el 30 de enero de 2020, el cual fue actualizado y enriquecido con las experiencias acumuladas en las diferentes etapas. El informe refiere que el plan incluye acciones intersectoriales con la integración de los organismos de la Administración Central del Estado, las organizaciones de masas y la participación activa del pueblo, en especial de los jóvenes. Y que su principal fortaleza es la voluntad política de atender la salud de la población.

El cumplimiento de este plan ha demostrado que es posible el control de la epidemia mediante la observancia de los protocolos establecidos, atención diferenciada a grupos vulnerables, la búsqueda activa de casos, así como el aislamiento de sospechosos y contactos, el ingreso hospitalario y tratamientos preventivos y terapéuticos con medicamentos novedosos producidos por la industria farmacéutica y biotecnológica cubana, surgida bajo la dirección personal del Comandante en Jefe.

Y hay que subrayar que los resultados alcanzados son posibles solo en una sociedad socialista, un sistema de salud universal gratuito, accesible y con profesionales competentes y comprometidos; no obstante, en los últimos meses se ha producido un rebrote a nivel mundial, del cual Cuba no está excluida, como consecuencia, entre otras razones, de haberse relajado el cumplimiento de las medidas establecidas. Sin embargo, Cuba trabaja intensamente con el aporte de científicos y expertos en el desarrollo de investigaciones e innovaciones en ensayos clínicos de cinco candidatos vacunales que podrían servir para inmunizar a toda la población cubana y contribuir a la salud de otras naciones.

La Organización Panamericana de Salud (OPS) considera resaltable que Cuba haya logrado desarrollar cinco candidatos de vacunas y que dos, Soberana 02 y Abdala, se encuentren en la última etapa de ensayos clínicos contra la covid-19; siendo un país bloqueado por 60 años, hace muestra del alto valor de su sistema de salud dentro de un Estado Socialista.

Otro país que ha comenzado a producir una vacuna en América Latina es Argentina, bajo un convenio establecido con la Federación Rusa, SPUTNIK V.  Los resultados del ensayo muestran un fuerte efecto protector consistente en todos los grupos de edad de los participantes.  Pero el resultado que se informa luego de los ensayos es claro y se demuestra el principio científico de la vacunación, lo que significa que ahora otra vacuna se ha unido a la lucha para reducir la incidencia de Covid-19.

En este mundo globalizado existe la lucha por el desarrollo de la tecnología en diversas áreas incluidas el área médica y que se ha observado la lucha comercial por el mercado de las vacunas al tratar de ser excluyentes y acaparadas en los países de mayor desarrollo en forma exagerada, mucho más de sus necesidades (¿?); y que lo demandado por el compañero Evo Morales de la suspensión de la patente de las vacunas ha calado y que la solución de este problema es con la acción multilateral, en la que tiene que ver la integración latinoamericana con un enfoque “sindémico”.